domingo, 31 de octubre de 2010

DE LA SOCIEDAD DEL UNO A LA COMUNION DE LOS TRES

INTRODUCCION

“El misterio de la Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. Es, pues, la fuente de todos los otros misterios de la fe; es la luz que los ilumina. Es la enseñanza más fundamental y esencial en la "jerarquía de las verdades de fe" (DCG 43). "Toda la historia de la salvación no es otra cosa que la historia del camino y los medios por los cuales el Dios verdadero y único, Padre, Hijo y Espíritu Santo, se revela a los hombres, los aparta del pecado y los reconcilia y une consigo" (DCG 47)”1 http://www.vatican.va/archive/catechism_sp/p1s2c1p2_sp.html


La doctrina trinitaria del cristianismo tiene sus inicios en la experiencia que los primeros discípulos tuvieron con Jesús; experiencia a la que más tarde tradujeron en un proclamación. Un Dios en tres personas. Vemos como la doxología hecha por los discípulos, se convierte en una reflexión sobre Dios, y es cuando la fe le abre espacio a la razón.

Es por ello que se hace importante distinguir entre lo que es la fe y lo que es la explicación de la fe. Así, decir que Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo, es fe; decir que Dios es una naturaleza y tres personas es explicación de la fe. La fe es respuesta a la revelación divina; la explicación de la fe es respuesta de la razón a las cuestiones que la fe suscita.


EL PRINCIPIO DE ESTA COMUNION

Bajo el nombre de Dios la fe cristiana ve al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo en eterna correlación, interpenetración y amor, de tal manera que son un solo Dios uno. La unidad significa la comunión de las personas divinas. Por eso, en el principio no está la soledad del uno, sino la comunión de las tres divinas personas.




SANTISIMA TRINIDAD, SOCIEDAD Y LIBERACION



EXPERIENCIA DESINTEGRADA DE LAS TRES PERSONAS DIVINAS



Un cristianismo centrado demasiado en el Padre sin la comunión con el Hijo y la interiorización del Espíritu Santo, puede dar origen a una imagen opresiva de Dios, misterio aterrador cuyos designios parecen imprevisibles y absolutamente escondidos. Un cristianismo fijado en el Hijo sin la referencia al Padre y son la unión con el Espíritu Santo puede ocasionar la autosuficiencia y el autoritarismo de los líderes y de los pastores. Un cristianismo asentado excesivamente en el Espíritu Santo sin vinculación con el Hijo y sin su última referencia al Padre favorece el anarquismo y la anomía.

RIESGOS DE UN MONOTEISMO A-TRINITARIO

-Puede justificar el totalitarismo y la concentración del poder en una única persona, ya sea política o religiosa.

-Promueve la preponderancia por un lado y por el otro el sometimiento.

-Propone la arbitrariedad y el absolutismo por una parte y por la otra dependencia y servidumbre.

-El ejercicio de la libertad queda entredicho.

-Da origen a las jerarquías.

-No favorece la aparición de una comunidad de hermanos y hermanas.

La unión integradora de las tres divinas personas


La concepción trinitaria de Dios nos proporciona una experiencia global de misterio divino. Cada uno de los seres humanos se mueve dentro de una triple dimensión: la de la trascendencia, la de la inmanencia y la de la transparencia.

TRASCENDENCIA. Cada ser humano se yergue hacia arriba, rumbo a los orígenes de sí mismo y a las referencias supremas. Aquí, surge el Padre, el Dios del origen, el Dios del principio.

INMANENCIA. El ser humano se encuentra consigo mismo, con el mundo, con la sociedad en relaciones horizontales y verticales. Es el espacio de la revelación humana. Aquí aparece el Hijo encarnando la situación humana tal como es.

TRANSPARENCIA. Unión de la trascendencia con la inmanencia. El mundo humano con el mundo divino. El Espíritu Santo constituye la fuerza de la armonización divina y humana.